La bruja era atada de pies y manos con cuerdas entorno a un
poste. A través de un mecanismo se hacía retroceder el tornillo de la argolla
que rodeaba el cuello de la víctima hasta conseguir la muerte por asfixia.
La Hoguera:
Es una de las muertes más clásicas para los acusados de
brujerías. La supuesta bruja se ataba a una escalera y era arrojada a las
llamas. O bien se situaba en el centro de la hoguera atada a un poste.
·
El descuartizamiento por caballos:

Esta
tortura se practicaba además si se era relacionado con intento de
asesinato contra la realeza o contra la nobleza. Cada extremidad de la víctima
era atada a un caballo. Tras azotar a los animales simultáneamente se hacía que
estos tiraran al mismo tiempo en posición diametral hasta lograr la
desmembración de la víctima. Un verdugo facilitaba la operación cortando
los músculos y los ligamentos de esta.
El taburete Sumergible:
Era destinado
principalmente a los acusados de brujería. Se sentaba a la víctima atada de
pies y manos y se la sentaba en una silla que se sumergía en su totalidad en el
agua. Se iba alzando y bajando al acusado repetidas veces hasta que este confesaba
o moría. Y si confesaba, se reservaban otras muertes más crueles como por
ejemplo la hoguera.

Grandes garras de metal montadas
sobre un mango eran utilizadas para arrancar tiras de piel de la víctima que
estaba inmovilizada en una superficie vertical atada de pies y manos.
Se
arrancaba la piel de cualquier parte del cuerpo: abdomen, piernas, vientre,
espalda, cara, etc.
- La Bota Malaya:
Se tendía a la víctima en una superficie horizontal y se la inmovilizaba completamente. Se le calzaban unas botas de madera y a través de un mecanismo de palanca se iban presando las extremidades hasta conseguir la rotura de huesos. Se acompañaba el sufrimiento de terribles mazazos continuos como se muestra en la imagen.


La victima primeramente era puesta en una superficie plana
donde con un mazo o instrumento de metal se le machacaban toda y cada una de
las articulaciones. Después era acomodada desnuda, atada de pies y manos a una
rueda de tal manera que quedaba inmovilizada. El verdugo hacia girar
violentamente la rueda al mismo tiempo que le provocaba terribles sufrimientos.
La horca:
Esta es una de las muertes más simples, pues se ataban las
manos a la espalda del acusado y se le pasaba por el cuello una soga anudada a
un árbol o a una barra horizontal. Se le alzaba del suelo hasta lograr la
muerte por asfixia.
El empalamiento:
La victima es atravesada por una estaca. La penetración podía
realizarse por un costado, por el recto, por la vagina o por la boca. La estaca
se solía clavar en el suelo dejando la victima colgada para que se muriera. En
muchas ocasiones la punta de la estaca no se afilaba y se introducía con
cuidado para evitar la muerte inmediata, que en algunos casos podía aguantar
hasta tres días.
El péndulo:
Este era un método de tortura barato y muy utilizado. Se
ataba a la víctima de pies y manos y se alzaba a esta de las manos.
La tortura consistía en dislocarle los hombros. Muchas veces
la tortura se acompañaba de pesos atados a los pies que aceleraban la
desmembración.
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